Circulación del poder en sociedades K´ich´es, Paquí, Totonicapán. Guatemala: acerca del sujeto indígena.


[Conferencia y diálogo impartido el día 25 de febrero de 2008,
dentro del Seminario Permanente de Filosofía Nuestroamericana,
UACM, plantel Del Valle].



Gladys Elizabeth Tzul Tzul
Maya K’iche

La compañera guatemalteca Gladys Tzul Tzul nos visitó en el Seminario Permanente de Filosofía Nuestroamericana para presentarnos su tesis de Magister en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos, de la Universidad Alberto Hurtado, Santiago de Chile. Está con nosotras y nosotros tramitando un doctorado en Estudios Latinoamericanos en la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP). El título de la tesis se denominó Genealogía de una comunidad en la cual analiza las situaciones del poder en las sociedades K’ich’es.

Al respecto del tema hizo dos consideraciones preliminares: la primera, con respecto al término “genealogía” pensado a partir de Michael Foucault quien caracteriza o define la genealogía como el “dar cuenta de los momentos histórico-políticos que corrigieron determinadas condiciones”. En la reflexión foucuniana la genealogía sirve para volver hacia atrás, entender el presente, no como eventos lineales, sino como momentos en suspenso que dan cuenta de la realidad presente. La segunda consideración de la autora consistió en explicitar el por qué utiliza el término “circulación del poder” con el cual puede analizar el poder en sus relaciones sociales, en la relación hombre-mujer, indígena-no indígena, en lo institucional-no institucional. A partir de estos dos grandes conceptos –genealogía y circulación del poder-, ha querido explorar cuáles son los momentos históricos que caracterizaron o constituyeron al sujeto indígena. Para Gladys el sujeto está producido.

En la problematización del tema se cuestiona: ¿cómo operan las relaciones de poder y sus discursos en la constitución de los sujetos en la comunidad Paquí? Desprendida de esta interrogante general surgen otras dos cuestiones: ¿cuáles son los discursos que ordenan las relaciones de poder en la comunidad?, y ¿cuál es la influencia de los discursos de la iglesia en la comunidad Paquí? La palabra discurso, aclaró, esta conceptualizada como las “prácticas sociales que pueden llegar a engendrar dominios de saber que no sólo hacen que aparezcan nuevos objetos, conceptos y técnicas si no que hacen nacer, además, formas totalmente nuevas de sujetos y sujetos de conocimiento” [Véase Foucault M. La verdad y las formas jurídicas, Gedisa, España. pág. 12].

La investigación se realizó en Paquí que se encuentra al occidente de Guatemala, muy cerca con la frontera de Chiapas. La autora considera que la investigación es importante por tres aspectos: (1) Analizó el enfrentamiento entre K’ich’es contra K’ch’es, adentrándose en la comunidad para ver cómo se reproducen las comunidades indígenas; (2) Por el carácter híbrido de la investigación, no como Néstor García Canclini entiende “híbrido” en su libro Culturas híbridas, sino que la autora lo entiende como “momentos diferentes que se quedaron en suspenso”; (3) En la investigación se ha hecho una lucha por desenterrar los saberes indígenas sometidos por la retórica nacional occidental.

La perspectiva teórica-metodológica de la tesis de Gladys Tzul Tzul consistió en tratar de dialogar con la comunidad bajo una perspectiva etnográfica, con testimonios e historias de vida, entrecruzando las reflexiones de Michael Foucault a través de los términos “relaciones de poder”, “gubernamentalidad” y “contra-conductas”. Además, explicó, la tesis tiene un factor transversal que consiste en entender lo que Foucault llama “lógica de la inclusión-exclusión”, es decir, el indígena en Latinoamérica puede aspirar al reconocimiento del estado Guatemalteco sólo si deja de ser indígena. Por lo tanto, es un ciudadano si no es indígena.

El primer capítulo de la tesis lo denominó Sistemas de poder en la comunidad, en el que da cuenta de cómo circula el poder a través de los sistemas jurídico, educativo, de la salud, las migraciones, la autogestión y la constitución o la producción de ser hombre o mujer K’che. Por poder, dice la autora, hay que comprender “la multiplicidad de las relaciones de fuerzas inmanentes y propias del dominio que ejercen y que son constitutivas de una organización. Es el juego que por medio de luchas y enfrentamientos incesantes, transforman, refuerzan e invierten los apoyos de dichas relaciones de fuerza y se encuentran las unas de las otras, a modo que se ponen en cadena los sistemas o, al contrario, los movimientos, las contradicciones que se aíslan las unas de las otras”.

A partir de este concepto analizó el sistema jurídico con respecto a la creación de la comunidad K’iche. Gladys cuestionó, ¿por qué se llama comunidad? Afirmó que la comunidad es una construcción de la modernidad y la comunidad no es eminentemente indígena. Por otro lado, desenterró los estatutos jurídicos que dieron forma y constitución a la comunidad y descubrió que en el año 1970 se dio un conflicto entre K’iche’s contra K’iche’s. En esta disputa por la propiedad comunal, el estado guatemalteco funcionó como mediador de las partes, pero no supo cómo resolverlo. Lo hizo a partir de la creación de las comunidades mediante la lógica de la inclusión-exclusión. La comunidad indígena existe sólo si está vinculada al Estado, de lo contrario, no las autorizarían. Gladys, en este punto, consideró importante leer uno de los estatutos que estableció el Estado para autorizar la creación de la comunidad Paquí:

“Se autoriza que los miembros de las parcialidades Tzul, Batz y Bulux -el parentesco juega un papel importantísimo para las comunidades indígenas-, se agrupen para perseguir fines benéficos, el mejoramiento económico-cultural y de las condiciones higiénicas de sus miembros, la protección entre los mismos, lo que podrá ser solicitada al Estado o a sus instituciones. Será ajena a todo sectarismo político, racial o religioso. También constituye principal finalidad de la identidad defender los derechos que les asisten sobre sus bienes inmuebles, vigilando su buena conservación y defendiendo esos derechos judicial o extra-judialmente para que los dueños se mantengan bajo posesión de ello. Los gastos que se ocasiones los pagara el oficial”.

Lo interesante de analizar -continuó la autora- es ver cómo se constituye esta comunidad que será ajena a sectarismos políticos, étnicos y religiosos cuando en sí misma la comunidad es política y sobre todo étnica. Efectivamente, -subrayó- esto fue redactado por el estado, autorizado por el estado y finalmente la comunidad se crea bajo los requerimientos del estado.

Otro de los sistema analizados fue el educativo donde encuentra que las instituciones educativas del estado fueron, por excelencia, talleres de adoctrinamiento religioso para la humanización, taller militar, cívico, creador del consenso nacional y actualmente, consideró Gladys, es el taller del neoliberalismo en donde la escuela es convertida en empresa. Pero también a partir de los movimientos de resistencia política, la educación se ha convertido en el taller para la resistencia.

Monumento a Atanacio Tzul, un icono de Totonicapán quien con majesuosidad cuida el parque central. Fotografía de Melrebi.Existe un caso emblemático alrededor de la figura del caudillo indígena Atanacio Tzul quien en 1812 se rebeló expulsando a los colonizadores de Totonicapán. La historia oficinal, afirmó Gladys, cuenta la colonia pero no las sublevaciones. Uno de los objetivos de su tesis fue dar cuenta de estas sublevaciones permanentes que han existido desde la colonia hasta nuestros días. La celebración local alrededor de la figura de Atanacio Tzul en Totonicapán ha entrado en disputa con la fecha oficial del estado que celebra la gesta criolla de independencia. La estatua de Atanacio Tzul se colocó en el centro de la representación misma del Estado, de la soberanía versus la resistencia indígena.

El segundo capítulo lo nombró Acerca de la gubernamentalidad. El término “gubernamentalidad” no debe ser entendido bajo los análisis políticos clásicos como seguridad, estabilidad, gobernabilidad, sino que en diálogo con Foucault se entiende como:

como conjuntos constituidos por las instituciones, los procedimientos, análisis y reflexiones, los cálculos y las prácticas que permiten ejercer esa forma bien específica aunque muy compleja del poder que tiene como rango principal la población, por forma mayor el saber de la economía política y por instrumento técnico especial los dispositivos de seguridad.

A partir de esta perspectiva, Gladys reflexiona sobre la comunidad, la profundiza más y centra su investigación en la transformación de lo que antiguamente se llamaba “Chi’ti’Amaq” que eran “pequeños pueblos”. ¿Qué representa y qué nos muestra la transformación de Chi’ti’Amaq en ejidos y comunidades? Muestra tres funciones específicas: primero, la continuidad de la reproducción de impuestos; segundo, la continuidad de lo militar que sirve para someter y calmar las sublevaciones; tercero, continuidad de la iglesia a través de la evangelización. Para ejemplificar y entender lo que es la comunidad, nuestra ponente leyó un testimonio que tomó al presidente de la comunidad en el año 2007, dice:

porque para manejar a la comunidad, el hombre tiene que manejar a su mujer y a su familia porque si no puede hacerlo no nos va a poder manejar a esta gran familia. Por eso él, el hombre que quiere dirigir tiene que dar el ejemplo porque si no con qué autoridad va a opinar y nos va a dirigir.

Realizando un análisis discursivo aquí se muestra cómo está en juego el manejo de sí mismo, el dominio de la mujer que evidencia el sistema patriarcal y merced a estas dos condiciones, a los hombres se les otorga el derecho a dirigir a la comunidad. Es el tránsito entre lo moral-personal, lo familiar-económico y de lo público de la comunidad política. Este testimonio le ha servido para entender los tres sistemas de gubernamentalidad, es decir: la junta directiva, el consejo consultivo y la alcaldía comunal.

El tercer capítulo lo designó Las contraconductas. Le llamó así porque las contraconductas son “movimientos de resistencia a forma de poder pero que no necesariamente ejercen soberanía ni explotan, pero que resisten”. Bajo tal concepto, Gladys afirmó entender al protestantismo. Para ella la masiva campaña protestante de los indígenas obedece a que están resistiendo a la estructura blanca por excelencia, católica y representante del estado. El protestantismo rompe con la dicotomía del pastor blanco y oveja indígena. Ahora la oveja es indígena y el pastor es indígena.